sábado, 24 de enero de 2009

: En un café, se vieron por casualidad, cansados en el alma de tanto andar. Ella tenía un clavel en la mano. Él se acercó, le preguntó si andaba bien, llegaba a la ventana en puntas de pie, y la llevó a caminar por Corrientes. Miren todos, ellos solos pueden más que el amor y son más fuertes que el Olimpo. Se escondieron en el centro y en el baño de un bar, sellaron todo con un beso. Durante un mes vendieron rosas en La Paz, presiento que no importaba nada más y entre los dos juntaban algo. No sé por qué, pero jamás los volví a ver. Él carga con 11 y ella con 6, y, si reía...

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